Milagro: Un Milagro de Esperanza y Lucha…

Milagro Celeste nació el 29 de diciembre de 2011. Durante sus primeros meses de vida, fue una niña sana, llena de energía y alegría. Sin embargo, a los 13 meses, su familia comenzó a notar algo que les preocupó, constantemente padecía de fiebres que no parecían tener explicación. Lo que empezó como un episodio aislado, rápidamente se convirtió en una constante, que llevó a sus padres a buscar respuestas.

Al principio, los médicos pensaron que Milagro sufría de asma y diversas alergias. A medida que pasaban los meses, las fiebres se intensificaron, llegando a temperaturas alarmantes de 39 y 40 grados. La familia comenzó a visitar clínicas, hospitales y centros de salud en busca de un diagnóstico más certero, pero las respuestas no llegaban. Para su desesperación, la salud de Milagro seguía deteriorándose.

A los 18 meses, los médicos detectaron infecciones urinarias recurrentes que comenzaron a afectar sus riñones. Lo que alguna vez se pensó que era un problema respiratorio, se transformó en una grave afección renal. La pequeña fue ingresada en múltiples ocasiones en distintos hospitales, pero su condición seguía empeorando. En ese momento de incertidumbre, sus padres no podían imaginar lo que el futuro les tenía preparado.

En octubre de 2014, la vida de Milagro cambió cuando fue remitida al Hospital María, Especialidades Pediátricas. Recién inaugurado, el hospital acogió a Milagro y su familia con los brazos abiertos. Bajo el cuidado de la doctora Karla Fernández y un equipo multidisciplinario, finalmente encontraron un lugar donde se sintieron escuchados y comprendidos. Los médicos comenzaron a tratar sus problemas renales, así como las alergias y el asma que la habían aquejado desde pequeña.

El equipo médico del Hospital María trabajó incansablemente para estabilizar a Milagro, brindándole no solo tratamiento médico, sino también orientación sobre su dieta, cuidados especiales y apoyo emocional para la familia. Con el paso del tiempo, la salud de Milagro mejoró notablemente. Sin embargo, a medida que crecía, aparecieron nuevos desafíos: fue diagnosticada con pubertad precoz, y también enfrentó problemas gastrointestinales y de estreñimiento.

Aunque estos nuevos obstáculos representaron dificultades adicionales, el equipo médico del hospital siguió apoyando a Milagro en cada paso del camino. Endocrinólogos, gastroenterólogos y otros especialistas se sumaron a su tratamiento, ajustando cuidadosamente su cuidado para abordar cada nueva complicación.

En 2022, cuando Milagro parecía haber alcanzado una relativa estabilidad, un nuevo revés golpeó a la familia. La niña perdió la capacidad de caminar, lo que marcó el inicio de una nueva fase de incertidumbre y temor. Sin embargo, el Hospital María no los abandonó. Un grupo de neurólogos y otros especialistas se unió para investigar la causa de este colapso, y Milagro fue sometida a una serie de estudios y procedimientos que revelaron nuevos diagnósticos.

Gracias al esfuerzo coordinado de médicos, fisiatras y neurólogos, Milagro comenzó un tratamiento integral que incluyó bloqueos nerviosos para reducir el dolor, terapias físicas y el seguimiento constante de varios especialistas. En medio de todo, el apoyo emocional brindado por el hospital y la Fundación Amigos fue clave para la familia.

Hoy, a sus 12 años, Milagro sigue enfrentando retos diarios, pero su dolor ha disminuido y su calidad de vida ha mejorado significativamente. Lo que alguna vez fue una lucha solitaria en la incertidumbre, ahora es un camino lleno de esperanza, rodeada de un equipo de profesionales dedicados a su bienestar.

La historia de Milagro es un testimonio de la fuerza humana y la capacidad del amor y la ciencia para obrar Milagro. Gracias al Hospital María y a los ángeles que allí trabajan, esta valiente niña ha encontrado no solo alivio físico, sino también un futuro lleno de esperanza.

Saymi: Una Segunda Oportunidad de Vida…

Andryd: Un Camino de Valentía y Esperanza…

La vida de Andryd Uciel parecía normal hasta el 2021, cuando sus padres empezaron a notar algo inusual. A medida que Andryd crecía, comenzaron a observar que caminar era cada vez más difícil para él. Tropezaba, caía con frecuencia, y actividades como correr o subir escaleras se convertían en desafíos que su cuerpo no podía superar. Al principio, era desconcertante para la familia, pero cuando las dificultades persistieron, supieron que debían buscar ayuda.

Con la incertidumbre pesando sobre ellos, tomaron la decisión de acudir al Hospital María, Especialidades Pediátricas. No sabían qué esperar, pero lo que encontraron allí fue más de lo que podían imaginar. Ese mismo día, Andryd fue atendido por un equipo de neurólogos que se dispusieron a descubrir qué le ocurría al pequeño. Con dedicación y un enfoque integral, los médicos realizaron varias evaluaciones hasta que finalmente dieron con un diagnóstico: distrofia muscular de Duchenne.

Este momento significó un golpe duro para la familia. La distrofia muscular de Duchenne es una enfermedad degenerativa, y saber que su hijo tendría que enfrentar una batalla tan compleja no fue fácil de aceptar. Pero en medio del dolor y la confusión, el Hospital María se convirtió en un faro de esperanza. El equipo médico no solo les proporcionó respuestas, sino también un acompañamiento continuo, lleno de empatía y profesionalismo.

Hoy, Andryd está bajo el cuidado de varias especialidades y servicios de apoyo en el hospital. Desde neurología, cardiología, inmunología, hasta otorrinolaringología, odontología, endocrinología y cuidados paliativos, cada paso de su tratamiento está supervisado por un equipo dedicado a mejorar su calidad de vida. Cada cita es un recordatorio de la batalla que enfrenta, pero también de la red de apoyo que lo rodea.

Para la familia de Andryd, el Hospital María no es solo un lugar de tratamiento. Es un espacio lleno de amabilidad, donde cada detalle importa, desde la bienvenida de los guardias hasta el compromiso incansable de los doctores. Cada visita al hospital refuerza la gratitud de la familia, que ha encontrado en este lugar el alivio y el apoyo que tanto necesitan en este difícil camino.

A pesar de los desafíos que implica vivir con una condición como la distrofia muscular, Andryd y su familia siguen avanzando. Están aprendiendo a asimilar, poco a poco, los cambios en su vida, pero lo hacen con valentía y agradecimiento por la atención amorosa y especializada que reciben en el Hospital María.

La historia de Andryd Uciel es un testimonio de fortaleza, de una lucha diaria que no enfrenta solo. Gracias al equipo del hospital, él continúa enfrentando cada día con esperanza y el apoyo incondicional de aquellos que lo rodean.

Milagro: Un Milagro de Esperanza y Lucha…

Milagro Celeste nació el 29 de diciembre de 2011. Durante sus primeros meses de vida, fue una niña sana, llena de energía y alegría. Sin embargo, a los 13 meses, su familia comenzó a notar algo que les preocupó, constantemente padecía de fiebres que no parecían tener explicación. Lo que empezó como un episodio aislado, rápidamente se convirtió en una constante, que llevó a sus padres a buscar respuestas.

Al principio, los médicos pensaron que Milagro sufría de asma y diversas alergias. A medida que pasaban los meses, las fiebres se intensificaron, llegando a temperaturas alarmantes de 39 y 40 grados. La familia comenzó a visitar clínicas, hospitales y centros de salud en busca de un diagnóstico más certero, pero las respuestas no llegaban. Para su desesperación, la salud de Milagro seguía deteriorándose.

A los 18 meses, los médicos detectaron infecciones urinarias recurrentes que comenzaron a afectar sus riñones. Lo que alguna vez se pensó que era un problema respiratorio, se transformó en una grave afección renal. La pequeña fue ingresada en múltiples ocasiones en distintos hospitales, pero su condición seguía empeorando. En ese momento de incertidumbre, sus padres no podían imaginar lo que el futuro les tenía preparado.

En octubre de 2014, la vida de Milagro cambió cuando fue remitida al Hospital María, Especialidades Pediátricas. Recién inaugurado, el hospital acogió a Milagro y su familia con los brazos abiertos. Bajo el cuidado de la doctora Karla Fernández y un equipo multidisciplinario, finalmente encontraron un lugar donde se sintieron escuchados y comprendidos. Los médicos comenzaron a tratar sus problemas renales, así como las alergias y el asma que la habían aquejado desde pequeña.

El equipo médico del Hospital María trabajó incansablemente para estabilizar a Milagro, brindándole no solo tratamiento médico, sino también orientación sobre su dieta, cuidados especiales y apoyo emocional para la familia. Con el paso del tiempo, la salud de Milagro mejoró notablemente. Sin embargo, a medida que crecía, aparecieron nuevos desafíos: fue diagnosticada con pubertad precoz, y también enfrentó problemas gastrointestinales y de estreñimiento.

Aunque estos nuevos obstáculos representaron dificultades adicionales, el equipo médico del hospital siguió apoyando a Milagro en cada paso del camino. Endocrinólogos, gastroenterólogos y otros especialistas se sumaron a su tratamiento, ajustando cuidadosamente su cuidado para abordar cada nueva complicación.

En 2022, cuando Milagro parecía haber alcanzado una relativa estabilidad, un nuevo revés golpeó a la familia. La niña perdió la capacidad de caminar, lo que marcó el inicio de una nueva fase de incertidumbre y temor. Sin embargo, el Hospital María no los abandonó. Un grupo de neurólogos y otros especialistas se unió para investigar la causa de este colapso, y Milagro fue sometida a una serie de estudios y procedimientos que revelaron nuevos diagnósticos.

Gracias al esfuerzo coordinado de médicos, fisiatras y neurólogos, Milagro comenzó un tratamiento integral que incluyó bloqueos nerviosos para reducir el dolor, terapias físicas y el seguimiento constante de varios especialistas. En medio de todo, el apoyo emocional brindado por el hospital y la Fundación Amigos fue clave para la familia.

Hoy, a sus 12 años, Milagro sigue enfrentando retos diarios, pero su dolor ha disminuido y su calidad de vida ha mejorado significativamente. Lo que alguna vez fue una lucha solitaria en la incertidumbre, ahora es un camino lleno de esperanza, rodeada de un equipo de profesionales dedicados a su bienestar.

La historia de Milagro es un testimonio de la fuerza humana y la capacidad del amor y la ciencia para obrar Milagro. Gracias al Hospital María y a los ángeles que allí trabajan, esta valiente niña ha encontrado no solo alivio físico, sino también un futuro lleno de esperanza.

Saymi: Una Segunda Oportunidad de Vida…

Andryd: Un Camino de Valentía y Esperanza…

La vida de Andryd Uciel parecía normal hasta el 2021, cuando sus padres empezaron a notar algo inusual. A medida que Andryd crecía, comenzaron a observar que caminar era cada vez más difícil para él. Tropezaba, caía con frecuencia, y actividades como correr o subir escaleras se convertían en desafíos que su cuerpo no podía superar. Al principio, era desconcertante para la familia, pero cuando las dificultades persistieron, supieron que debían buscar ayuda.

Con la incertidumbre pesando sobre ellos, tomaron la decisión de acudir al Hospital María, Especialidades Pediátricas. No sabían qué esperar, pero lo que encontraron allí fue más de lo que podían imaginar. Ese mismo día, Andryd fue atendido por un equipo de neurólogos que se dispusieron a descubrir qué le ocurría al pequeño. Con dedicación y un enfoque integral, los médicos realizaron varias evaluaciones hasta que finalmente dieron con un diagnóstico: distrofia muscular de Duchenne.

Este momento significó un golpe duro para la familia. La distrofia muscular de Duchenne es una enfermedad degenerativa, y saber que su hijo tendría que enfrentar una batalla tan compleja no fue fácil de aceptar. Pero en medio del dolor y la confusión, el Hospital María se convirtió en un faro de esperanza. El equipo médico no solo les proporcionó respuestas, sino también un acompañamiento continuo, lleno de empatía y profesionalismo.

Hoy, Andryd está bajo el cuidado de varias especialidades y servicios de apoyo en el hospital. Desde neurología, cardiología, inmunología, hasta otorrinolaringología, odontología, endocrinología y cuidados paliativos, cada paso de su tratamiento está supervisado por un equipo dedicado a mejorar su calidad de vida. Cada cita es un recordatorio de la batalla que enfrenta, pero también de la red de apoyo que lo rodea.

Para la familia de Andryd, el Hospital María no es solo un lugar de tratamiento. Es un espacio lleno de amabilidad, donde cada detalle importa, desde la bienvenida de los guardias hasta el compromiso incansable de los doctores. Cada visita al hospital refuerza la gratitud de la familia, que ha encontrado en este lugar el alivio y el apoyo que tanto necesitan en este difícil camino.

A pesar de los desafíos que implica vivir con una condición como la distrofia muscular, Andryd y su familia siguen avanzando. Están aprendiendo a asimilar, poco a poco, los cambios en su vida, pero lo hacen con valentía y agradecimiento por la atención amorosa y especializada que reciben en el Hospital María.

La historia de Andryd Uciel es un testimonio de fortaleza, de una lucha diaria que no enfrenta solo. Gracias al equipo del hospital, él continúa enfrentando cada día con esperanza y el apoyo incondicional de aquellos que lo rodean.